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martes, 14 de diciembre de 2010

El flaming en la red

Un flame consiste en un mensaje deliberadamente hostil o insultante enviado sin ningún propósito constructivo; en consecuencia, flaming es el acto de publicar usualmente en el contexto social de un foro o una lista de correo electrónico, y aquel que los envía, recibe el nombre de flamer.
A veces se publican como respuesta a un cebo, un mensaje provocativo, pensado especialmente para generar respuestas insultantes, aunque en otras ocasiones es simplemente porque no ha gustado lo que se había escrito o porque se tiene la necesidad de insultar al otro por su opinión. La mayoría de las veces los flames son mensajes enfadados o insultantes, enviados por personas con sentimientos muy fuertes respecto a un tema.
Sin embargo, algunos consideran el flameo como una forma estupenda de descargar tensiones y relajarse, aunque la parte receptora seguramente quede mucho menos satisfecha. Hay ciertas características de las comunicaciones electrónicas como por ejemplo el anonimato , que pueden ser originadoras de flame wars (guerra de flame). Estas guerras se inician, en muchas ocasiones, por la dificultad de interpretar los mensajes recibidos con las mismas intenciones que el que lo ha enviado. No es fácil transmitir por esa vía las expresiones faciales o entonaciones de voz que pueden usarse para moderar el tono de un mensaje en la comunicación oral.
Las pocas restricciones que ofrece el ciberespacio ofrece una desinhibición en determinadas personas que pasan a expresarse de formas que nunca lo hubiesen imaginado. De hecho, cuando una persona envia un flamer a otra, al verse fíisicamente esta es demasiado tímida para retomar ese mensaje y aclarar la situación, lo que puede provocar una tensión en la relación de ambas personas.
No hay un acuerdo general sobre las causas del flameo, aunque un estudio reciente ha llevado a algunas pruebas concluyentes en alguna forma. Algunas hipótesis comunes son:
1. El egocentrismo nos lleva a pensar que entendemos el tono de un redactor el 90% de las veces, aunque solo acertamos aproximadamente el 56% del tiempo. Eso lleva a malinterpretaciones sobre la intención del redactor, causando guerras de flames y discusiones intensas.
2. La falta de lenguaje corporal y tonos de voz en las comunicaciones electrónicas escritas hacen difícil representar las emociones, y el relativo anonimato induce a considerar menos peligroso el uso de un lenguaje encendido.
3. En foros y chats, no hay otra forma de expresar la propia opinión que escribir. No escribir tiende a ser interpretado como "rendirse", lo que tiende a alargar artificialmente las discusiones. Del mismo modo, las opiniones e ideas no expresadas durante mucho tiempo crean la sensación de que pueden ser olvidadas, creando la necesidad aparente de repetirlas, causando el mismo efecto.
4. Si bien es difícil que en el contexto de una discusión violenta alguna argumentación resulte convincente para quién piense sustancialmente diferente, estas funcionan como un refuerzo para quienes comparten dicho punto de vista. Esta perspectiva de triunfo parcial, alienta a sostener la continuidad de la violencia verbal.
Con los impulsos emocionales desinhibidos tecleamos un mensaje desafortunado y le damos a "enviar" sin siquiera repasarlo de forma más tranquila y esto puede llevarnos a comunicaciones poco afortunadas. Si nos acostumbramos a intentar no responder a los mensajes cuando estamos alterados y sobre todo, repasamos los mensajes poniendonos en el lugar de la persona que vaya a recibirlo, seguro que ayudamos a evitar el flaming en la red.
 
M.ª Carmen Maluenda Psicóloga y Psicoterapeuta

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